Resulta que las cosas evidentes hoy necesitan mayor comprobación ya que de plano son rechazadas o puestas en duda o peor aún, están a merced de quienes tienen la posibilidad de emitir dictámenes para certificar su validez.
En un artículo, José J. Castellanos refiere que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea se ha pronunciado en torno a las células embrionarias y protegerá a la persona humana desde la fecundación, –muy importante anuncio-.
El Tribunal aclaró que se debe excluir toda posibilidad de patentar una investigación que implique la destrucción del embrión humano, incluso en el estadio de blastocito, y califica incluso de embrión al óvulo humano no fecundado, en el que esté implantado el núcleo de una célula humana madura y que se ha dispuesto para iniciar el proceso de desarrollo de un ser humano o bien que haya sido estimulado para dividirse y desarrollarse mediante partenogénesis.
La sentencia al final es que no se puede patentar el embrión si ello daña el respeto a la dignidad humana. Para algunos esta decisión resultó sorprendente, en realidad no lo es, cuando están solamente poniendo nombre a lo que es evidente. El Tribunal ha señalado que “el concepto de embrión humano debe extenderse en sentido amplio”.